Buenos días, muchas bendiciones para todos.
Aquí nuestro devocional de hoy.
O pensáis que la Escritura dice en vano: ¿El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
Santiago 4:5
Quiero empezar compartiendo una nota de la biblia textual es la siguiente: Así como el hombre siente celo por lo que ama y desea, igualmente Dios.
Si les preguntara si son celosos, estoy casi segura de que la mayoría diría que no. ¿Pero, a que sí hemos sentido celos muchas veces? Celamos algo o a alguien. Nos molesta que lo que sentimos nuestro por derecho, esté peligrando y a punto de ser de alguien más y perderlo como el esposo, la esposa, una amistad, una posición o reconocimiento.
Si éramos el foco de atención de un grupo o persona y alguien más toma ese lugar, aunque no nos guste reconocer y tratemos de disimular muchas veces nos dará rabia. En fin, celamos hasta lo que no es nuestro cayendo en lo bajo de la envidia.
¿Cuánto más Dios nos celará por lo que sí le pertenece y que adquirió con un alto precio, la sangre de su hijo amado?
¿Piensas acaso que el Espíritu Santo que fue puesto en ti no se contrista cuando en doble ánimo queremos seguir a Dios? Un día soy de él y al otro ya no estoy, voluntariamente fui seducida a dejarlo para ir tras el mundo y sus pecaminosos ofrecimientos.
Dios es tierno y compasivo, pero no podemos abusar de su gracia para vivir en 2 aguas. Recordemos que quien se hace amigo del mundo se constituirá enemigo de Dios. Dejemos que su celo nos cuide de quién nos persigue y no que nos destruya por la concupiscencia que adultera en nuestro corazón.
Meditemos en nuestros caminos y seamos fieles a quien jamás nos ha sido infiel, nuestro Dios.
¡Que tengan un feliz día!