Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
Juan 2:1-5
Buenos días a todos; hoy les propongo este texto para que miremos en él lo siguiente:
Estaba Jesús en compañía de su madre y discípulos en una actividad que nada tenía que ver con su ministerio, solo era la celebración de una boda en un lugar llamado Caná de Galilea. No estaba Jesús predicando, ni sanando enfermos ni haciendo algo por el estilo sino compartiendo con otros y mostrando completamente su humanidad en este acto.
Hasta que hubo una necesidad, se acabó el vino y la boda aún no terminaba y por lo que muestra el pasaje al parecer tampoco terminaría pronto. Lo digo por la cantidad de tinajas que el Señor mandó a llenar (6 tinajas). Al notar la necesidad María, su madre, corrió a Jesús y lo puso en sus manos y aunque él no dijo que lo haría, ella confío en que él lo resolvería.
Esta acción de María nos reta a querer ser como ella en este aspecto. Ella notó la necesidad, corrió a Jesús y la dejó en manos de él confiada de que lo resolvería.
Como en Caná, todos los días tenemos necesidades y no solo nosotros sino los que conviven a nuestro alrededor, qué bueno es saber que Jesús está con nosotros en esos momentos. Te invito a que cuando algo te falte sea material o emocional no te quejes de la necesidad sino corre a Jesús y ponla en sus manos confiado en que lo hará.
Oración:
Señor Jesús, entiendo que mientras pase por esta tierra sufriré necesidades y situaciones que no podré evitar. Pero te invito para que me ayudes a descansar en ti. Pongo en tus manos todas mis cargas en ti confío, amén.
¡Feliz día para todos!